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“Ley migratoria, gracias a Bush”, Obama lo reconoce

“Ley migratoria, gracias a Bush”, Obama lo reconoce

Excélsior, 26 de abril de 2013

El presidente de EU destacó el esfuerzo de su antecesor George W. Bush por resolver el problema migratorio, afirmando que el fracaso del ex mandatario en el tema abrió el camino para una nueva ley

El presidente Barack Obama destacó ayer el esfuerzo de George W. Bush por poner al día la política migratoria de Estados Unidos, afirmando que el fracaso del ex mandatario republicano para resolver el tema abrió el camino a la reforma.

La cambiante política actual se internó en el pasado, cuando Obama introdujo el candente debate para sacar a 11 millones de inmigrantes ilegales de la sombra, en la ceremonia de inauguración de la biblioteca dedicada a Bush.

“Hace siete años, el presidente Bush reinició una importante conversación al hablar con el pueblo estadunidense sobre nuestra historia como nación regida por la ley y una nación de migrantes”, recordó Obama.

“Pero aunque una amplia reforma migratoria tomó un poco más de lo que nadie esperaba, espero que este año (…) lo logremos”.

“Si eso sucede será en gran parte gracias al duro trabajo del presidente George W. Bush”, dijo Obama en la ceremonia de inauguración de la biblioteca, centro de estudios políticos y museo de Bush, en Dallas, Texas.

Bush hipotecó gran parte de su capital político en su segundo mandato, en un esfuerzo para lograr la aprobación de proyecto migratorio, pero fracasó ante los argumentos de sus opositores, que lo catalogaron de “amnistía” para inmigrantes ilegales.

El resonante apoyo de los votantes latinos en la reelección de Obama en noviembre pasado convenció a los republicanos de que es tiempo de intentar una reforma de la legislación migratoria, aunque el tema es complejo.

Obama está ahora en la posición de Bush, tratando de lograr apoyo para la reforma migratoria, en momentos en que un grupo bipartidario de senadores evalúa un proyecto que será pronto presentado en el Congreso.

El proyecto de ley introducido hace una semana por ese grupo de ocho senadores incluye una vía para regularizar a los más de 11 millones de indocumentados en el país, la mayoría de ellos latinoamericanos, pero supedita el inicio de ese legalización a que se logren ciertas metas en seguridad.

Dichas metas incluyen un nuevo plan gubernamental para reforzar la seguridad, que incluya más vallado de la frontera con México, extender a nivel nacional un sistema de verificación de documentos de empleados y un mecanismo inédito para hacer seguimiento a las personas que entren con visas al país.

Los autores del proyecto de reforma, un voluminoso texto de 844 páginas que incluye mayores recursos para la seguridad y una renovación del sistema de visas en función de los intereses económicos del país, desean que sea sometido a votación en el Senado en junio.

Dos de los autores del proyecto bipartidista para renovar las leyes de inmigración en Estados Unidos dijeron ayer que esperan que la mayoría de los senadores demócratas y republicanos apoye la medida respaldada por la Casa Blanca.

“Es muy factible”, dijo el senador republicano de Arizona John McCain sobre las perspectivas de atraer un amplio respaldo bipartidista.

El demócrata de Nueva York, Charles Schumer, coincidió.

En declaraciones a la prensa, McCain y Schumer dijeron que buscan reunir un fuerte respaldo en el Senado liderado por demócratas para elevar las probabilidades de que la medida sea aprobada por la Cámara de Representantes, encabezada por republicanos.

“Es un proyecto de ley equilibrado”, dijo Schumer. “Tengo optimismo de que será aprobado”, agregó.

McCain y Schumer prepararon el borrador de la exhaustiva medida con otros seis senadores, tres demócratas y tres republicanos.

La medida reforzaría la seguridad fronteriza, ayudaría a ofrecer empleos en el sector empresarial y allanaría el camino para que 11 millones de inmigrantes indocumentados obtengan la ciudadanía estadunidense.

McCain y Schumer dijeron que su optimismo se basa principalmente en una coalición sin precedentes que respalda sus esfuerzos, incluyendo el mundo empresarial, laboral, agrícola y grupos que representan a empleados agrícolas e iglesias de todas las religiones.

McCain dijo que una vez que el proyecto de ley llegue al Senado, espera semanas de debate y que se consideren enmiendas.

El senador dijo que él y otros copatrocinadores están abiertos a mejorar el proyecto, pero que están preparados para mantenerse unidos en caso que deban oponerse a cualquier esfuerzo por socavar la iniciativa.

 

Proponen una reforma “por partes”

La mayoría republicana en la Cámara de Representantes presentará a partir de esta semana proyectos de ley relacionados con una reforma migratoria pero lo hará por partes, a diferencia del Senado, en donde el tema se aborda de manera integral.

El presidente del Comité Judicial, el republicano Bob Goodlatte, dijo que la reforma podría prolongarse, pero dejó claro que su prioridad es “hacer el proceso bien”.

El presidente Barack Obama ha expresado su expectativa de que el trámite legislativo culmine durante el primer semestre de 2013 y el Congreso planea iniciar su receso veraniego el 2 de agosto.

Goodlatte adelantó que el comité presentará esta semana un proyecto de ley sobre trabajadores agrícolas y otro que busca darle carácter obligatorio al E-Verify, una base de datos del gobierno federal que permite a los patronos verificar si sus empleados están autorizados para trabajar.

El representante por Virginia expresó que le gustaría iniciar la fase de debate, presentación de enmiendas y votación este año, pero se abstuvo de comprometerse a una fecha específica hasta no obtener una propuesta del grupo bipartidista de ocho congresistas que negocian un proyecto de ley de reforma migratoria hace cuatro años.

“Garantizar que nos tomamos nuestro tiempo es una parte importante de este proceso. No se trata de hacerlo rápido o lento. Si lo haces bien es lo más importante y esa será la característica del trabajo que haremos en esta legislación” agregó.

Goodlatte indicó que aún no ha adoptado posición alguna sobre conceder la legalización a los 11 millones de inmigrantes sin papeles.

Uno de los ocho integrantes de ese grupo bipartidista, el republicano Raúl Labrador dijo que el grupo avanza en las negociaciones pero no quiso estimar una fecha en la que podrían llegar a un
acuerdo.

La Cámara baja presenta los mayores obstáculos para la aprobación de una reforma migratoria porque muchos republicanos representan distritos en los que el voto latino no es decisivo.

La estrategia suma críticas

El proceso legislativo en la Cámara baja empieza a moverse mientras el Comité Judicial en el Senado ya convocó para el 9 de mayo al debate de un proyecto de ley presentado la semana pasada por ocho senadores de ambos partidos y pidió a sus miembros presentar sus enmiendas antes del 7 de mayo.

El presidente del Comité Judicial del Senado, el demócrata Patrick Leahy, anunció ayer que publicará las enmiendas en la página web del Comité y dijo que espera recibir docenas.

Dos de los ocho autores del proyecto de ley en el Senado, el demócrata Chuck Schumer y el republicano John McCain, rechazaron la estrategia de abordar la reforma migratoria en proyectos de ley separados.

Schumer y McCain dijeron que cuando el asunto migratorio se aborda de manera separada, legisladores y activistas comienzan a impulsar temas diferentes a aquellos que gozan de gran apoyo como las visas para trabajadores calificados.

“La mejor manera de aprobar la reforma migratoria es un proyecto de ley integral porque puede alcanzar un mayor balance y todos pueden obtener parte pero no todo lo quieren, así que me parece que la idea de tener proyectos de ley separados no va a funcionar”, dijo Schumer. “No ha funcionado previamente y no funcionará en el futuro”.

Un tercer autor del proyecto en el Senado, el republicano Marco Rubio, expresó su beneplácito por el anuncio de Goodlatte.

 

Hacen a un lado sus rencores y diferencias

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió ayer la “fuerza y determinación” de su predecesor George W. Bush (2001-2009) durante la inauguración de sy centro presidencial en Dallas, Texas, que busca presentar su legado.

“Está cómodo en su propia piel. Sabe quién es (…), es un hombre bueno”, dijo Obama durante un encuentro poco común del club más exclusivo del mundo: además de Bush, el presidente estadunidense se encontró con sus predecesores Bill Clinton, George H. W. Bush y Jimmy Carter.

Obama, que no ahorró ataques a Bush durante la victoriosa campaña por la Presidencia en 2008, prefirió evocar ayer la “increíble fuerza y resolución” que mostró el ex presidente el 14 de setiembre de 2001, cuando arengó a sus compatriotas en medio de los escombros del World Trade Center.

El Presidente, que ha acusado a Bush de haber empañado la imagen de Estados Unidos con la guerra de Irak y sus prácticas en la lucha contra el terrorismo, silenció sus críticas ayer, durante la inauguración del espacio de 226 mil metros cuadrados que incluye una biblioteca, un museo y un centro político.

Obama incluso agradeció a Bush por su asesoramiento durante el traspaso de poder entre las dos administraciones, en enero de 2009.

“Nadie puede estar completamente listo para este oficio. Pero Estados Unidos necesita líderes que estén dispuestos a enfrentar las tormentas (…). Eso es lo que el presidente George W. Bush decidió hacer”, aseguró el dirigente demócrata.

Obama también recordó que encontró una carta de Bush en el escritorio de la oficina oval de la Casa Blanca.

El gesto, dijo Obama, es una prueba de su compasión y generosidad. “George sabía que pronto aprendería lo que él había aprendido: que ser Presidente es una cura de humildad”.

Como Obama, Clinton y Carter, ambos demócratas, también decidieron pasar por alto las diferencias con Bush y alabaron su plan de lucha contra el VIH en África que salvó miles de vidas.

“Me gusta el presidente Bush”, dijo Clinton, y elogió el sentido del humor y las maneras sensatas de su par.

Por su parte, el ex mandatario Jimmy Carter elogió a Bush por su contribución a la paz entre Sudán y Sudán del Sur en 2005 y su aprobación a expandir la ayuda a las naciones de África.

El ex presidente George H. W. Bush, que estuvo hospitalizado recientemente con bronquitis, habló con dificultad apenas durante 30 segundos mientras estaba sentado en su silla de ruedas y agradeció al público por presentarse para apoyar a su hijo.

Recibió una ovación y su hijo y esposa le ayudaron a ponerse de pie para agradecer el recibimiento.

Para completar la foto familiar histórica, estuvieron allí presentes el ex primer ministro británico Tony Blair y su par australiano John Howard, defensores de la “guerra contra el terrorismo”, así como el ex jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi, el israelí Ehud Olmert y el español José Maria Aznar.

“Cómodo” con la guerra en Irak

Antes de la ceremonia en el complejo instalado en el campus de la universidad metodista de Dallas, Bush, de 66 años, había dicho que estaba “cómodo” con la decisión de invadir Irak en 2003 y que sería la historia la que, a largo plazo, juzgaría su Presidencia.

El miércoles, Bush defendió su política en una entrevista con la cadena ABC: “Creo que el derrocamiento de Saddam Hussein fue la decisión correcta, no sólo para nuestra propia seguridad, sino también para dar a las personas la oportunidad de vivir en una sociedad libre”.

“Creo que la libertad es un regalo de Dios y la esperanza de todos los corazones humanos”, dijo Bush ya en su discurso, retomando un argumento utilizado cuando la falta de pruebas sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak provocó críticas a su política.

La sombra del 11 de setiembre está presente en las exposiciones del centro Bush: hay expuestos pedazos de la estructura del World Trade Center y videos del peor ataque terrorista cometido sobre suelo estadunidense.