Xalapa, Veracruz, México, a miércoles 24 de abril de 2024

Geólogos estudian la situación de riesgo en El Capulín

, 3 de octubre de 2013

Chiconquiaco, Ver., 3 de octubre de 2013.- Para el pueblo totonaca Chiconquiaco es el lugar de las siete lluvias y vaya que le hace honor a su nombre, pues en los últimos meses ha llovido a cántaros. Prueba de ello son los escurrimientos que bañan los cerros y acantilados.

Las intensas precipitaciones han hecho que el suelo se reblandezca, propiciando el deslizamiento de rocas de gran tamaño.

El peligro acecha en los sinuosos caminos de la sierra y en ocasiones los vehículos no pueden llegar a las comunidades; es entonces cuando no queda de otra más que emprender el viaje a pie por varias horas.

En El Capulín el cerro que lleva el mismo nombre espantó a los vecinos y no es para menos… Un estruendo causado por un desplazamiento de tierra despertó a todos cuando la laguna que se encuentra en lo alto del cerro al saturarse de agua colapsó y arrastró consigo lo que estaba a su paso. Antes de que ocurriera una tragedia la población fue trasladada a diferentes albergues.

El salón social de la comunidad es utilizado como refugio temporal y donde se encuentran más de mil personas, cuyo rostro releja la angustia e incertidumbre de no saber si regresarán a casa.

El Ejército Mexicano activó el Plan DN-III y sus efectivos recorren parte de la sierra para socorrer a la población en riesgo; también preparan comida caliente para los damnificados y les brindan atención médica.

El Capulín es ahora un pueblo fantasma, ni un alma habita por ahora este lugar. El área está acordonada y vigilada por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública. Algunas viviendas presentan grietas y hasta la calle principal pareciera que hubiese sido sacudida por un sismo. Algunas personas llegan por sus guajolotes y enseres domésticos, pero con la misma se retiran del sitio.

Los geólogos realizan estudios precisos en el área siniestrada para determinar hasta qué punto este sitio es de alto riesgo y debe evacuarse de forma definitiva.

Las autoridades esperarán los resultados de los estudios para valorar si la población no está en riesgo al retornar a sus hogares; por el momento seguirán en los albergues para resguardarse de la posibilidad de una catástrofe.