Tumbas que el tiempo olvidó; la naturaleza se convirtió en su única ofrenda

Alejandro Narváez Ibarra., 3 de noviembre de 2025

Cosamaloapan, Ver.- En el marco de las festividades de Todos Santos, no todas las tumbas recibieron visitas, flores o rezos; entre los senderos silenciosos de los panteones, se alzan aquellas sepulturas olvidadas por el tiempo, desgastadas por la humedad y el abandono, donde el recuerdo parece haberse diluido entre generaciones.

El paso de los años, los cambios de residencia o las obligaciones cotidianas han dejado atrás la memoria de quienes un día fueron parte esencial de una familia.

Sin embargo, la madre naturaleza, sabia y generosa, no permitió que el olvido fuera total; sobre esas lápidas cubiertas de polvo y maleza florecieron las flores silvestres que brotan sin permiso ni cuidado humano, ofreciendo un tributo puro y espontáneo. Su colorido, contrastando con el gris del mármol envejecido, fue la ofrenda más sincera en este día de recuerdos y nostalgias.

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Así, mientras algunas tumbas se llenaron de coronas, velas y música, otras fueron adornadas por el viento, el sol y las flores del campo, recordándonos que el tiempo puede borrar nombres, pero no la esencia de la vida que persiste en la tierra. En ese silencio cubierto de pétalos naturales, la naturaleza rindió su homenaje a los ausentes, envolviendo de belleza lo que el olvido quiso marchitar.