
Tragedia en Italia, mueren 130 en naufragio
Excélsior, 4 de octubre de 2013
Les faltaba poco menos de un kilómetro para llegar a la isla de Lampedusa cuando se dieron cuenta que la barca en la que iban comenzaba a hundirse.
Con los motores apagados, entre las 4 y 5 de la madrugada, algunos de los 500 inmigrantes a bordo decidieron prenderle fuego a una cobija y así llamar la atención de quien pudiera verlos.
Sin embargo, el fuego se salió de control y al moverse todos hacia un solo lado de la embarcación que los transportaba, ésta se volteó y poco a poco comenzaron a caer al mar cuando todavía no había amanecido.
Al salir el Sol la tragedia ya estaba marcada. Cuando los cuerpos de socorro fueron alertados, alrededor de las 7 de la mañana, la cifra de muertos comenzó a crecer rápidamente.
Todos eritreos que habían salido de Libia, exactamente del puerto de Misurata. Primero ocho, luego diez, luego 30, 50, 80 y más de 90. En la noche, al cierre de esta edición, ya se contaban 104 muertos, entre ellos cuatro niños y dos mujeres embarazadas, sin embargo se temían más de 300, pues el número de desaparecidos seguía siendo de 250 personas, de las cuales ya no había rastro en el Mediterráneo.
Sólo 151 sobrevivientes fueron auxiliados en Lampedusa, donde los rescatistas no pudieron contener las lágrimas al ver tantos cuerpos esparcidos en el puerto y en la playa de Conejos, una de las más hermosas de Italia.
No sabemos dónde poner más cuerpos”, decía la alcalde Giusi Nicolini, de la pequeñísima isla donde en las últimas semanas no hay día que no lleguen decenas de inmigrantes escapando del norte de África y hasta de Siria.
Justo el miércoles, un día antes de esta tragedia, fueron rescatados 177 sirios en altamar que fueron trasladados a Siracusa, al sureste de Sicilia. Sin embargo, apenas el 30 de septiembre habían rescatado otros cinco muertos de altamar, que también llevaron a Lampedusa.
¿Qué esperamos después de todo esto? ¡Es un horror continuo!”, expresaba Nicolini ayer, quien no se ha cansado de alzar la voz para que la Unión Europea enfrente junta esta emergencia humanitaria.
Es una tragedia sin precedentes. En tantos años de trabajo aquí nunca había visto algo igual y conste que muertos he visto tantos”, decía ayer Pietro Bartolo, responsable del Hospital de Lampedusa.
Las tragedias en el Canal de Sicilia se cuentan ya por miles. Según Fortress Europa, un observatorio de la inmigración, en los últimos 10 años han perdido la vida unos 6 mil 200 inmigrantes.
Mientras en la noche se seguían buscando cuerpos por mar y aire, se informó que ya había un detenido. Un tunecino de 25 años quien es acusado de homicidio culposo y naufragio, además de favorecimiento a la inmigración clandestina. En Italia se declaró luto nacional para hoy.
¡Es una vergüenza!, dice el Papa
El naufragio de ayer en las costas italianas provocó todo tipo de reacciones por parte de las autoridades italianas, europeas y por supuesto del papa Francisco, quien en julio pasado había hecho un llamado a no tratar con indiferencia el problema de la inmigración, justo desde Lampedusa, la isla donde ayer sucedió la enésima tragedia.
¡Es una vergüenza!”, expresó duramente el papa Francisco; “se habla de crisis, se habla de la inhumana crisis económica mundial, que es un síntoma grande de la falta de respeto por el hombre… No puedo no recordar con gran dolor las numerosas víctimas del enésimo trágico naufragio en Lampedusa”, afirmó al terminar su discurso de la encíclica Pacem in Terris.
Me viene la palabra vergüenza, es una vergüenza. Unamos nuestros esfuerzos para que no se repitan otras tragedias. Sólo una decidida colaboración de todos puede ayudar a prevenirla”, dijo Francisco.
Por su parte, el presidente de Italia, Giorgio Napolitano y, en general, las autoridades de ese país, se pronunciaron ayer a favor de que la Unión Europea tenga más participación, no sólo en la vigilancia de las costas italianas, a las que calificaron como la puerta de Europa, sino también de una mayor vigilancia en las costas de donde parten las naves llenas de inmigrantes, donde cientos de traficantes ponen en peligro a miles de personas todos los días.
De hecho, José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, señaló que la inmigración y en específico la tragedia de ayer, era un problema que concernía a toda la Unión Europea.
Angelino Alfano, ministro del Interior de Italia, recalcó que de 25 mil inmigrantes que han desembarcado en Sicilia en los últimos cinco años, sólo 16 mil han sido auxiliados por autoridades italianas.
Por su parte, Piero Grasso, líder del Senado, expresó que es necesario revisar la legislación italiana en términos de asistencia y acogida, tomando en cuenta los flujos migratorios.