Xalapa, Veracruz, México, a miércoles 25 de junio de 2025

Si volviera a nacer, sería alfarero: Miguel Ángel Vázquez

Si volviera a nacer, sería alfarero: Miguel Ángel Vázquez

, 22 de agosto de 2013

A sus 24 años, Miguel Ángel Vázquez Gutiérrez, un joven artesano de San Miguel Aguasuelos que obtuvo el Premio Estatal de la Juventud 2013 en la categoría de Expresiones Artísticas y Culturales, y que recibió de manos del gobernador Javier Duarte de Ochoa, asegura que si volviera a nacer, sería nuevamente un alfarero.

Nacido en el seno de una familia de artesanos, explica que se dedica a la alfarería por pasión y porque es un oficio que le genera ingresos para subsistir, además dijo que “San Miguel Aguasuelos es una comunidad de mujeres alfareras, primordialmente”, y que este oficio lo aprendió de su madre “y le tomé amor a esta labor, porque nosotros no tenemos ganado para dedicarnos a ello en el campo”.

La mañana de este miércoles, recibió el galardón de manos del gobernador Javier Duarte de Ochoa en Palacio de Gobierno, en el Salón Carranza, junto a otros jóvenes talentosos, y esta mención le permitió valorar mejor su trabajo y alimentar el deseo de impartir talleres para compartir sus conocimientos, a fin de mantener viva la alfarería en su comunidad.

San Miguel Aguasuelos es una pequeña comunidad de menos de 500 habitantes del municipio de Naolinco, ubicada hacia el norte de Xalapa, a unos 30 kilómetros; una iglesia, una escuela con una explanada y escasas callecitas pavimentadas son el paisaje que la conforman.

Éste es un pueblo pequeño pero con grandes talentos. Miguel Ángel es hijo de Tiberio Vázquez, ganador del primer lugar de Cerámica Navideña 2013 que entrega el Gobierno de la República, y es coterráneo de Érik Vázquez Hernández, quien obtuvo el segundo lugar en esa categoría.

Su hermana Norma Vázquez Gutiérrez también es alfarera y profesora, pero los estudios académicos no sepultaron su pasión por el trabajo artesanal. “Trabajamos en familia, nos criticamos, nos aconsejamos para hacer cada vez mejores piezas. Aparte de generarnos recursos, la alfarería es un vínculo importante en nuestra familia, pues al trabajar hablamos de todo, convivimos mucho y nuestra relación es muy buena”.

Miguel Ángel se inició a los 16 años en este oficio y su “dolor de cabeza” son aquellas piezas voluminosas, redondas, y su fortaleza son las iglesias o catedrales que moldea a partir de fotografías, o bien que nacen de su propia creatividad.

Pequeño, más bien tímido y enfundado en un traje gris Oxford, se dice orgulloso de ser parte de esta importante tradición y estar en pleno crecimiento de su talento, al que no renunciaría si volviera a nacer.