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De CDMX traen el malabar a Coatzacoalcos

De CDMX traen el malabar a Coatzacoalcos

Tonantzin Zapata, 18 de mayo de 2019

Coatzacoalcos, Ver.- Utilizan diversos objetos combinados con preparación y creatividad para alegrar en los semáforos de Coatzacoalcos. Son los malabaristas callejeros.

El semáforo marca rojo y es momento de iniciar la función. Los minutos que transcurren en el alto son la duración total del acto.

El arte circense urbano acapara los semáforos de Coatzacoalcos y varios puntos del país, Gabriela conocida como Luna, originaria de León Guanajuato practica las artes circenses desde hace seis años.

Inició un viaje desde hace varios meses con otro grupo de jóvenes que comparten este oficio y fue así como llegó a este puerto.

“La finalidad pues de que la gente se divierta, se entretenga mientras conduce ya sea cuando venga del trabajo estresado, sacándole una sonrisa, pues es mi trabajo y es algo que me gusta y me gusta que la demás gente me vea que valore lo que hago. viajamos en un colectivo, ahorita es un colectivo circo sin rumbo, somos como seis personas y pues vamos haciendo show en plazas, en calles, en los malecones, en semáforos, repartiendo arte por donde quiera”, contó.

 

En su grupo de viaje también se encuentra Fernando García, procedente de la Ciudad de México, él lleva ocho años en esto, ahora trae un acto que incluye mensajes que invitan a los automovilistas a plantar y cuidar árboles, no tirar colillas de cigarros y fomento a la cultura vial.

“La causa de los mensajes yo tengo un proyecto se llama proyecto Balam y es un proyecto de malabarismo pero lo incorporamos con un poco de conciencia ecológica, vial y social que nosotros lo conjuntamos para compartirlo con la gente en los cruceros, que vean un poco de nuestro arte y compartirles un mensaje ya que soy de la Ciudad de México y está más contaminado, vean la situación ahorita y yo trato de un poco de conciencia a la gente.

Luego la gente te discrimina o piensa que porque estas en el semáforo pues ya eres no se drogadicto, vives en la calle, no se piensan mal, te etiquetan pero no realmente el malabarismo nos lleva mucho tiempo de entrenamiento, años a veces hay actos mas difíciles que este”.

También hay porteños como Aldair Utrilla, quien desde hace cuatro años tomó los cruceros como lugar de trabajo.

“Fui a un viaje a la Ciudad de México y empecé a ver a varios malabaristas y desde ahí empecé a ver vídeos a asistir a eventos donde se da la enseñanza de malabares. al principio ha sido un poco mal visto por el concepto que hay de las personas que están en la calle, para algunos es también agradable porque muy en fuera de venir con un estrés del trabajo, de la escuela, se distraen un poco con esto, entonces tiene un pro y un contra esto”.

Los malabaristas callejeros reciben una cooperación voluntaria de los automovilistas, la cual emplean en ocasiones para ir a otros lugares del país en busca de convenciones, escuelas o presentaciones de espectáculos circenses para mejorar sus técnicas, aunque también se ha convertido en un estilo de vida.