Amenaza la seguridad de México el huachicol, “nuevo oro negro del diablo”: Arquidiócesis
Fermín Ramírez, 28 de mayo de 2017
Ciudad de México.- El huachicol (combinación de combustibles robados) es el nuevo oro negro del diablo, afirma la Arquidiócesis primada de México en el editorial de su semanario Desde la Fe, en el que afirma que la extracción ilegal de hidrocarburo y su venta en el mercado negro “amenaza la seguridad de México” y revela lo que no parece dar tregua: “corrupción e impunidad”.
Enfatiza que se trata de un problema que “nos empobrece y descompone aún más nuestra realidad y tejido social”, con efectos “perversos y destructores”.
La Arquidiócesis señala que el delito de robo de combustible que se vende en un “mercado negro creciente y boyante”, se incrementó en 400 por ciento en los últimos cinco años y es ahora “uno de los principales desafíos al poder del Estado y al sistema de justicia, como actividad ilícita financiera”.
Agrega que la venta ilegal de combustibles (gasolina y diésel) robados, ha centrado sus actividades delictivas en Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León, Puebla, México, Guanajuato, Jalisco y Sinaloa, estados del país que tienen una importante infraestructura de transportación petrolera a través de ductos.
Subraya que el caso de Puebla resulta preocupante por el despliegue de fuerzas armadas “que han entrado en confrontación con los delincuentes” y que revela la presencia del problema en al menos 32 municipios de los 127 de la entidad, donde “poblados enteros se dedican a la extracción, comercialización, almacenamiento y distribución del huachicol, por debajo de los precios reales de los combustibles sujetos a la ley de la oferta y la demanda”.
El editorial destaca que según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex) en 2016 se localizaron 1,533 tomas clandestinas, lo que empeoró la situación en Puebla, ya que las tomas ilegales se incrementaron en un 496 por ciento respecto al 2015, año en que se detectaron sólo 309 tomas ilegales.
Añade que las pérdidas económicas reportadas por Pemex durante los primeros años de la presente administración ascenderían a más de 97 mil millones de pesos, “y este es un hueco que será difícil reponer en el futuro mientras crezca esta actividad ilícita como rama del crimen organizado, de los diversos cárteles de la droga y de nuevos grupos criminales independientes, que han encontrado una fuente de riqueza que parece imparable y de difícil solución”.
Desde la Fe acusa la existencia de redes delictivas siniestras, toda vez que “los directivos de Pemex han manifestado la existencia de empleados quienes estarían implicados en el proceso de extracción ilícita de combustibles, choferes, operadores de bombeo, vigilantes e ingenieros de operación, personal especializado, asesorando a los huachicoleros”.
La Arquidiócesis señala que lo más doloroso de esta red de corrupción es que “los delincuentes, en la impunidad de su poder, utilizan la pobreza y necesidad de poblaciones marginadas y olvidadas que han abandonado sus actividades tradicionales y de cultivo por un negocio más lucrativo para sostener su economía y familias.”
Agrega que “ellos sirven de carne de cañón”, de tal manera que niños y adolescentes, mujeres y ancianos, son “arrojados para enfrentar a las fuerzas del orden sin importar las consecuencias que ponen en riesgo su misma integridad personal”, por lo que se convierten en víctimas colaterales, en “parte de esta mercancía de muerte”.