Xalapa, Veracruz, México, a viernes 29 de marzo de 2024

México lastimado, pero de pie

México lastimado, pero de pie

Hugo Garizurieta, 21 de septiembre de 2017

Ciudad de México.- De nueva cuenta la misma fecha. Ese 19 de septiembre que tanto ha castigado a los mexicanos, las mismas escenas se volvieron a repetir en la Ciudad de México. Otra vez miedo y angustia. Correr despavorido, edificios cayendo a pedazos.

Una señora que pudo salir de milagro ante la tremenda sacudida una vez que el polvo se esfumó, el edificio de enfrente, ese que servía como oficina, entre viaducto y la calle torreón estaba colapsado. Desapareció como “por arte de magia”.

A partir de ese momento nadie durmió, no hubo cansancio alguno  que detuvieran las acciones de búsqueda y rescate. Entre escombros se trabajaba a marchas forzadas, horas y horas, noches enteras, manos que se fueron sumando ante la tragedia.

Muy cerca de ahí, apenas a dos cuadras un edificio mostraba las huellas de la desgracia. Pareciera que querían arrancarlo de raíz, la fachada dio muestra de la intensidad del temblor.

Rostros de angustia, preguntas que se gritaban a los cuatro  vientos por parte de los vecinos, ¿que va a suceder ahora?

Calles acordonadas, la misma historia, edificios a punto del colapso.

 

Pero un México diferente comenzó a renacer ante la situación, un México que no estaba de rodillas, sino de pie enfrentando la contingencia. Manos se sumaron, jóvenes, mujeres,  sacaban escombro, repartían víveres, daban de comer, abrazaban al más necesitado, sin cansancio sin dormir, sin probar bocado alguno, todo por ayudar, de forma organizada, levantando el puño para guardar silencio, mostrando en todo momento que México es más fuerte aunque el dolor cale hasta los más profundo. Unidos, esa palabra que a veces se esconde, ahora era convertida en la bandera de miles.

 

Otra vez un 19 de septiembre, y una vez más ahí están,  los rescatistas, el Ejército Mexicano, los marinos, los brigadistas, los miles y miles de voluntarios, que se volcaron a las calles, que cuando se escuchaba que un edifico estaba abajo, corrían para socorrer a las personas, el número de muertos ira en aumento con el paso de las horas, nadie duerme, en un país en luto, que permanece de pie.