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Enfrentan niñas vulnerabilidad educativa que las expone a abusos

Enfrentan niñas vulnerabilidad educativa que las expone a abusos

Fermín Ramírez, 11 de octubre de 2017

Ciudad de México.- Entre las diferentes modalidades de vulnerabilidad que enfrentan las niñas mexicanas destacan las de carácter educativo y social, lo cual las expone a diferentes tipos de abusos, de acuerdo con información que da a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), a propósito de la conmemoración este 11 de octubre del Día Internacional de la Niña.

La Asamblea General de las Naciones Unidas promovió dedicar este día al reconocimiento de los derechos de las niñas y a la reflexión sobre los problemas que enfrentan cotidianamente en el mundo.

El Inegi explica que, de acuerdo con datos censales de 2015, se estima que en México residen poco más de 39 millones de niñas, niños y adolescentes menores de 18 años, lo que en términos relativos representa 32.8 por ciento de la población total.

Del total de población infantil y adolescente, el número de niñas y adolescentes asciende a 19.4 millones, esto significa que 16.2 por ciento de la población total en México son niñas o adolescentes y en cada una de ellas se identifican necesidades y derechos en momentos muy particulares de su desarrollo.

Destaca el Inegi el dato de que dos de cada 100 niñas de seis a 11 años no asisten a la escuela, al tiempo que 18 por ciento de las adolescentes de 16 y 17 declararon no haber terminado la secundaria o tener un nivel de escolaridad menor.

En el caso de las niñas y adolescentes indígenas de cinco a 17 años, una de cada 10 no asiste a la escuela.

La proporción de adolescentes analfabetas funcionales en el país, en adolescentes de 12 a 17 años, es de 1.6 por ciento, y esta proporción aumenta a 2.4 por ciento para aquellas que viven en localidades de menos de dos mil 500 habitantes, donde se concentra la población indígena.

La dependencia señala que si una niña no recibe educación elemental que potencialice su habilidad de leer y escribir, se atenta contra un derecho universal y el efecto para quienes lo padecen resulta devastador, “haciendo que las personas carezcan del reconocimiento social que merecen, presenten baja autoestima, autonomía y poca reflexión crítica”, de acuerdo con los especialistas Rodrigo Martínez y Andrés Fernández, citados por el Inegi.

Adicionalmente, señala Inegi con datos de la Unicef, “las adolescentes que no saben leer y escribir tienen más probabilidades de casarse precozmente, quedar embarazadas y menos posibilidades de contar con conocimientos amplios sobre el VIH/sida y de tener hijos saludables”.