Diálogo de sordos en la conferencia de paz sobre Siria

RFI, 24 de enero de 2014

Hay poco margen para el optimismo cuando se retomen mañana viernes las conversaciones en la conferencia de paz sobre Siria Ginebra II. Lo que es casi un milagro en esta reunión es el hecho de que representantes del régimen y la oposición hayan aceptado estar en la misma sala. Pero una vez ahí, cada bando mostró una gran hostilidad hacia el otro: no hubo estrechón de manos ni el más mínimo contacto físico pero sí miradas de odio y desprecio.

Reunidos en la pequeña ciudad suiza de Montreux, unos cuarenta representantes de países y organizaciones no tuvieron que esperar mucho para comprobar la enorme brecha que separa al régimen del presidente Bashar al Asad y la oposición siria en exilio. Esta conferencia es un preludio de las negociaciones entre las delegaciones sirias el viernes en Ginebra.

Un detalle que no pasó inadvertido: el jefe de la delegación siria, Walid al-Mouallem pronunció un largo discurso y se negó a respetar el lapso de su alocución, que era de siete minutos, y habló finalmente media hora. Mualem calificó a los representantes de la oposición sentados frente a él de “traidores”. El representante de éstos, a su vez, pidió al presidente Al Asad a que entregue el poder a un gobierno de transición.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó lo que está en juego en la cita y agregó. “Ya basta. Llegó la hora de negociar”. “Tos los sirios tienen las miradas fijas en ustedes hoy”, dijo a las dos delegaciones sirias que se daban la cara unos metros de distancia.

Durante sus intervenciones, el secretario de Estado norteamericano John Kerry y el ministro de Exteriores Serguei Lavrov también habían mostrado sus divergencias respecto a la formación de un gobierno de transición en Siria. “Bashar al Asad no formará parte del gobierno de transición. Es imposible, inimaginable que este hombre que llevó a cabo semejante violencia contra su pueblo pueda conservar la legitimidad para gobernar”, declaró Kerry.

Por el contrario, Lavrov criticó “los intentos de interpretar este documento de una forma o de otra”, en referencia al llamamiento a la formación de un gobierno de transición “por mutuo consentimiento” que las grandes potencias adoptaron en 2012 sin presencia de los sirios en Ginebra I.