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Devotos católicos preservan el vestir a los Niños Dios, pese a crisis económica

Héctor Juanz, 25 de enero de 2020

Xalapa, Ver.- Ni la crisis económica ni los cambios en las costumbres religiosas, alejan a los devotos de acudir cada año a buscar la ropa para vestir sus imágenes del Niño Jesús, previo a la celebración de La Candelaria.

“Definitivamente la economía está muy difícil hoy en día y creemos que cada vez las cosas están más caras, buscamos algo económico, pero también la fe es importante y queremos algo que nos alcance y que de alguna manera cumpla con nuestras expectativas”, manifestó Óscar Durán.

Por su parte, Georgina Arroyo manifestó: “Del niño Doctor y uno de ropón. Cada año lo vestimos diferente. Son las costumbres que nos dieron nuestros papás y hay que seguirlas, a ver si nuestros hijos igual lo siguen”.

Pasada la Navidad, se encuentran en mercados de Xalapa como el Jáuregui, los diferentes tipos de ropa y accesorios para el Niño Dios.

Daniel Flores, locatario del Jáuregui explicó: “Acuestan al Niño Dios el 24, de ahí pasan los Reyes Magos y a partir de los Reyes Magos empiezan a levantarlos hasta el 2 de febrero. Nosotros ofrecemos más de 100 modelos de vestidos, cada año sacamos modelos diferentes, desde lo más económico hasta lo más lujoso. Tenemos desde 50, 60 pesos y ya ahí varía de acuerdo al bolsillo y gusto de cada persona”.

La devoción al Niño Jesús en esta temporada, se hace notar entre las personas que generan vínculos especiales con sus imágenes y que acuden a este mismo lugar a restaurarlas cuando se dañan.

“Dicen que era de la abuelita, de la mamá; que ya lo tenían desde que era niñas, entonces no los quieren tirar, a parte porque los llevan a la iglesia a bendecir. Lo que les hago es ponerles deditos, repararles alguna parte del cuerpo que se les quebró, el brazo, alguna pierna; después de restaurarlos los pinto”, detalló Maribel Guevara, quien es restauradora de los Niños Dios.

Vestir a los Niños Dios es una tradición católica que se celebra previo y durante el 2 de febrero, y aunque en menor grado, mezcla todavía la cultura popular que arraiga el culto a los santos que de esta forma se representan mediante vestidos que se eligen.